Presentó el jerezano su último y reciente disco "La herida universal" el disco en el que se habla, sin empalagos del amor y sus circunstancias de mil maneras más o menos dolorosas... aunque predominan las primeras se impone el optimismo y la ironía.Arrancó como en el disco, directo con canciones en las que se concentran historias en apenas tres minutos donde las guitarras avanzan en medios tiempos progresivos, "Tan amigos" o "Entresemana" para pasar a las canciones más expresivas de su anterior disco "El espectador", esas en que el acordeón se torna protagonista en los arreglos, "La cama" y "Caradura" y continuar con el amplio repertorio amatorio de su nuevo disco "La fecha en la tapa", "Una mierda de canción", "Hasta que te hartes" o "Sexy sexy sexy" donde entre los estribillos exhultantes se cuelan letras irónicas y en doble sentido.
Destacaron los ritmos. En las percusiones se imponía un tono brasileño que se complementaba con una batería contundente que marcaba ritmos firmes y voluminosos. Curiosa y acertada mezcla, perfecta para unas canciones que aunque compuestas en la guitarra, se expanden en directo a otras sonoridades.
Los teclados de Abraham Boba estuvieron también siempre presentes, tanto para los momentos sutiles como en los de arrebato, que los hubo según avanzaba la actuación y Julio mostraba con descaro las fuentes de las que bebe, esa vena pixidina reivindicada.
El el bis dió rienda suelta a sus emociones y se dejó llevar, descalzo y entre el público demostró que tamibén sabe hacer ruido, en un incendiario final por los suelos con el que remató un esperado repaso a algunas de las canciones del proyecto con el que se dió a conocer,"El Hombre Burbuja". Entre múltiples peticiones recordó las surrealista "Kill the mosquito", la pegadiza "Rey mugre" o la delirante "Mi reloj and I". De amor y ruido fue la cosa, para irnos todos tan felices.
No hay comentarios:
Publicar un comentario