Un disco que interpretó casi en su totalidad con sonidos que se desmarcan de forma casi antagónica de las tempestuosas guitarras de sus discos y actuaciones anteriores con los Miracle 3. Con una banda en la que violonchelo y violín toman la misma importancia que las propias guitarras, Steve Wynn se adentró por terrenos poco transitados con un excelente resultado. La sala se convirtió en el mejor aliado de la banda muy propicia para una puesta en escena más íntima.
Abrió con "Slovenian Rhapsody" (el disco se ha grabado en Ljubliana en los estudios de Chris Eckman) una intro con el violín de Josh Hillman y el violonchelo de Erik Van Loo como protagonistas, que fue toda una declaración de intenciones, en cuanto al curso que iba a tomar el concierto. En seguida aparecieron las canciones más emocionantes del citado disco, que sonaron aun más intensas en directo: la que da título al mismo, la excelente "Manhattan fault line" y la oscura e hipnótica "Dosen't like it" con las que se puso ya el listón muy alto.
Consiguió realmente crear un ambiente como banda que se sobreponía incluso a las propias canciones, planeando al tiempo la sombre del Nick Cave más folk junto con la del Nikki Sudden más nostálgico. entre tanto estallidos repicantes de guitarra y teclados con Wynn en la guitarra y el inseparable Chris Cacavas al teclado o la guitarra solista como en "Love me anyway".
También hubo ruido como no, por momentos parecían emular a los Sonic Youth más rabiosos, sobre todo cuando Cacavas se agarraba al mástil en esos desarrollos de guitarra tan característicos al final de algunas canciones, y que ya solía hacer Wynn en sus tiempos con The Dream Syndicate. Rescató nada menos que cuatro canicones de su banda originaria: "That´s what you allways says", "Tthe medicine show", "Boston" y "Days of wine and roses" al final de la actuación y en los bises.
Como si no fuera la cosa con él, se estaba marcando una muy buena actuación, tanto en lo que mejor sabe hacer, el guitarreo, como con lo esta experimentando, la nueva banda y sus instrumentos. Se le notó cómodo en todo momento, rodado con la nueva banda, permitiéndose con su habitual simpatía charlar y reír con la gente a propósito del doblaje de la voz de Clin Eastwood en las películas españolas o de las cosas que tenía que ver su mujer y batería Linda Pitmon al salir de la sala El Sol a ciertas horas de la noche. Dejaron un gran sabor de boca.
Abrieron Jugoplastika, que a pesar de la difícil papeleta de abrir la actuación con poco publico, poco tiempo y en formato de trió, se lo pasaron genial a base de pisar el pedal de distorsión de sus guitarras y de darnos una buena dosis de ruido a lo "Lou Barlow" en éxtasis, como el que aparece en su disco "The 6 in the 7", y aun les dio tiempo a tocar alguna nueva y todo.
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