26 septiembre 2008

BEN VAUGHN (18-9-08) El Sol - Madrid

Diez años hacía desde la última vez que Ben pisó tierras madrileñas. Así que gran parte de los presentes no conocían sus directos, ¡ alguno que otrosi sabías ya lo que se venía encima !Originario de New Jersey, aunque angelino de adopción desde hace años, venía a presentar su último disco "Desing music" grabado en 2006 pero editado este año aquí. Instrumentales inspiradas en ficticias películas y series de televisión de los 70' recreadas en sus paseos nocturnos por el desierto californiano en el que ahora vive.

Algarabía cuando aparece su elegante figura recortada por la luz de los focos pero, ¡ se dirige al teclado ! el parecido inicial con Carl Byron nos despista, ¡ ahora si ! sonriente y saludando se presenta con naturalidad pero con mucho estilo. Debe andar por la cincuentena pero se le nota en forma.

Telecaster al hombro se olvida de los instrumentales citados (sólo tocó algunas para calmar los momentos de éxtasis guitarrero) y empieza a atacar canciones de todo su repertorio. El público lo agradece y se vuelca, así suenan sin apenas pausa sus canciones más conocidas "Daddy's gone for good" una especie de country con mucha melodía powerpopera que fue de las más celebradas, "Darlene" y "Rhtym guitar" un par de rockabilly que provocaron el baile y el desenfreno sobre todo al final de la actuación, "Charlene" un pausado rithm & blues interpretado a fuego lento, "Beatufull thing" un medio tiempo de aires latinos en la onda Mink Deville. Pero también rescató algunas canciones como "El Rambler dorado" un instrumental fronterizo que nunca había interpretado en directo y que bien podría haber entrado en el último disco, si no fuera porque se grabó hace 20 años.

Pero no todo fueron guitarras, los teclados, que sonaron de maravilla y el acordeón de Carl Byron, atenuaban en contrapunto una guitarra que sonaba limpia pero electrizante y vigorosa a la vez. Richard Demboswky, habitual en el bajo, se mostró atento y concentrado, pendiente en todo momento de Ben. Además de controlar los ritmos junto a Kevin Jarvis (habitual y eficaz también en la batería), tocó el bajo como una segunda guitarra, con mucha y constante presencia en sus diferentes funciones, estuvo además pendiente e coros y segundas voces.¡ Un escudero de lujo ! También en algunas momentos, la trompeta y la armónica, de la que se encargó el propio Ben dieron diversidad a las canciones y colorido a las guitarras.

Un certero recorrido de casi dos horas por los distintos sonidos del rock & roll, que iba encajando sin sobresaltos, manejando Ben la guitarra con una soltura y suficiencia insultante, sacando todo tipo de acordes con sencillez y con maestría. Esperemos no tener que esperar tanto para una nueva muestra de rock certero variado y divertido.

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