El
músico que durante una década fuera parte activa como coautor de canciones y
guitarrista de Band of Horses, reunió a un buen grupo de seguidores que,
superado el tedio dominical de una noche preinvernal que no invitaba a salir de
casa, llenaron la emblemática sala del barrio de Conde-Duque. Apareció puntual,
y con una simpatía sobria, sencilla, cercana… y algo reflexiva, presentándose con un simple ‘good
evening’ con el que bromeó al preguntar cómo se decía en castellano y
sorprendiéndose que no haya diferencia
con su ‘good night y’ añadiendo que estaba encantado de volver a la ciudad,
pero triste por finalizar la pequeña gira que le llevó días atrás a Zaragoza y
Barcelona. Adjetivos que expresaron sensaciones que se plasmaron en las
canciones… ente la intimidad del tempo lento con su voz y guitarra y el
extrovertido arrebato de la distorsión eléctrica.
Con
el único acompañamiento de su guitarra, comienza arpegiando con afilado mimo la
instrumental «Raven
Shadow» que enlazó con «1000 Black Birds», canciones pasadas con la que embaucó
desde el inicio a un público respetuoso hasta el extremo con el artista. A
continuación y ya en formato trío, acompañado de bajo y batería sonaron las
canciones de su último trabajo New Lost Age (Soundly 2024) entre las que
destacaron las bonitas melodías vocales de «We Were A Small Town», la catedralicia emoción de
«Flare (for Neal Casal)» en homenaje al amigo fallecido, o en el polo opuesto,
tras cambio de guitarra, el electrizante arrebato de ritmo trotón «You Should
Some Over», la primera canción en la que el de Asheville utilizó la púa (no la
usa apenas) y que sonó muy Band of Horses, como también después «A Dream Of Home»
de su anterior trabajo For The Morning
(Fantasy 2019.
Se sentó al
teclado para tocar con un sonido muy acuático, junto algunos sutiles pregrabados
naturales en forma de pájaros y arroyos, la canción que titula el disco, que
creció cuando el protagonista al final de la misma se agarró a la eléctrica,
para acabar en afilado y tomentoso punteo en momento álgido de la noche. También
se aceleraron las emociones cuando cogió su desgastada guitarra de palo junto a
la harmónica y alguien susurro ¡Neil Young! para… en efecto, hacer que «Where
Were You» sonara muy Hervest, al
igual que el animado medio tiempo «Fire», aunque ésta, con la dupla eléctrica
harmónica, sonó más Rust Never Sleeps,
dando paso casi al final a la esperada «These ghost» radiante melodía que
recuerda de donde viene Tyler, aunque su actual abanico sonoro incluye
diferentes cadencias: introspectivas, desbordantes… siempre emocionantes como
se pudo disfrutar en esta amigable actuación.
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