Queens Of The Stone Age. Foto: Óscar L Tejeda |
Al mediodía
en la Virgen Blanca a Lisa & The
Lips se les quedó pequeño el escenario. Lisa Kekaula y Bob Vennum volvieron
a demostrar que se su voz y guitarra se alzan con la misma solvencia cuando
muestran su vena más soulera y sedosa como cuando atacan el rock más grasoso…
que por momentos se acercó The Bellrays.
Ya en el
recinto de Mendizabala Barry Adamson, ofreció
una brillante actuación, de esas que
hacen que siempre haya que estar pronto atento a lo que ocurre. El ex Magazzine
y Bad Seed en formato trío ofreció un movido show en formato básico de trío con
batería básica y sampler escupiendo arreglos elegantes de teclado y vientos. Ya
fuera en plan soulman, en plan crooner o en plan rapero; y en chándal vintage
setentero, mostró clase y estilo y puso al púbico a bailar al son de la nublada
tarde con un memorable One last midnight
y sus teclas iníciales que parecían el dylainiano Like a Rolling Stones en plan
soul, más otro divertido amago de Psycho Killer. Una sorpresa anunciada.
Redd Kross llevaban tiempo sin tocar, pero necesitan poco ensayo
para hacer lo de siempre y como siempre, efervescentes melodías de guitarras
correosas y contundencia punk. Ataviados por monos de pintura con churretones
de colores, repasaron clásicos y más clásicos para un público divido entre los
que sabían a lo que iban y los que no… divirtiendo a todos. Los McDonald
brothers se lo pasaron genial en el escenario y lo transmitieron. Desbordantes,
nunca fallan.
L7 tocaron el Bricks Are
Heavy al completo en una actuación muy esperada… que no acabó de despegar, no
les ayudó el sonido y no parecían muy
cohesionadas, aunque cada una de ellas se mostraba feroz y contundente con su
instrumento, lo que se veía en el escenario no acaba de transmitirse al público. No fue una mala actuación, pero
no se quedaron a medias, una pena.
The Black Halos intentaron dar
visibilidad a una oculta obra de culto que restregó punk rock guitarrero y
salvaje con la presencia final de Michael Monroe el ex Hanoi Rocks ahora en los
Demoliton 23 se jugó el tipo en el
escenario subiéndose por el
entramado del escenario y ofreciendo un recital de rock mayúsculo con parada en
J. Thunder, Dead Boys, MC5 y Stogges versionando I wanna be loved, Ain’t it fun, Kick out the jams o 1970. Mientras The Real McKenzies en otro escenario
apabullaban con su propuesta de guitarreo correoso y gaitas estridentes,
fusionando punk y rock con música tradicional escocesa y celta cual divertidos
piratas en la taberna.
Algo
antes habían terminado ya su actuación Queens
Of The Stone Age Josh Hoome y los
suyos ofrecieron una actuación contundente, rotunda, con un sonido excelso, en
el que incluso los espacios entre guitarras sonaban… potentes, o eso parecía.
Sobrios y arrolladores las nuevas canciones no desmerecieron ante el arsenal de
arrebatadores clásicos, con No one knows y A song
for the dead como broche de oro. Brillantes e
incluso bailables
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