Es
ésta una exhaustiva obra en la que los propios protagonistas participan con sus
recuerdos y anécdotas y que no elude los momentos más escabrosos del
protagonista y las personas que le rodeaban en cualquiera de los momentos
vividos… y es que aquí hay mucha vida más allá de la figura musical y del
interés por las bandas que militó, The Pogues principalmente.
Familia,
amigos o compañeros de grupoa como punto de partida para entender la
personalidad de este irlandés tímido, inseguro e inadaptado, pero también
lúcido, culto e inteligente aún cuando
se crió en el atrasado mundo rural irlandés para trasladarse y vivir su
convulsa adolescencia en el Londres de
finales de los 70’, el del estallido del punk y también el del recrudecimiento del conflicto en Irlanda del
Norte.
Es
una biografía sincera y honesta que no elude los momentos espinosos: ingresos
hospitalarios, drogas y alcoholismo sobre todo, pero también los altibajos y
desavenencias con los miembros de su banda The Pogues. Sobreviviendo a base de
vínculos afectivos y de identidad, su pueblo y familia en Irlanda, su padre
Maurice, hermana Siobhan y esposa Victoria que participan con sus comentarios
en la obra y ayuda con su visión cercana y esclarecedora a poner luz en algunos
aspectos de la vida de Shane… sin juzgarlos.
Obra narrada sin pausa a ritmo
casi punk, parecida a la forma en que se rodó el recomendable documental Crock
of Gold: Bebiendo con Shane MacGowan (Julian Temple 2020) y a eso ayuda, la
frenética vida que llevo Shane, en constante cambio y movimiento, como reflejo
de la sociedad que le toca vivir. Fue un irlandés en Londres que como personal
cruce de caminos, abrazó el punk y la tradición folk en su música, con un pié
en el invernal suburbio ingles y otro en la veraniega aldea irlandesa… toda una
forma de vivir.
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