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Foto: Joe Herrero
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El
repeinado protagonista esta crónica, colgó el cartel de no hay entradas en su
tercera visita a la capital, cuadriplicando el número de asistentes que
acudieron al reclamo de lo comentado por los avispados que le vieron en sus
visitas del 2013 y 2019 en sala pequeña. El que siembra bien… recoge mejor, así
que… ¡Ambientazo por todo lo alto…! No faltó nadie esta noche en la que tocaba
presentar In The Blossom of Their Shade (New West 2021)
y casi también el anterior Rcok Bottom Rhapsody (New
West 2020) cercenado por el virus de dicho año.
Impecablemente trajeado junto a los también impolutos The Northsiders,
también en lo musical, derrochó carisma desde el acorde inicial de su Epiphone
Vintage con la que en sus primera canciones se metió al público en el bolsillo
a base animado swing “Find
to me” festivo aire hawaiano “Get it for it’s gone” e incluso aires latinos “To
love or be alone” o ragtime “Wanna
be your man” con el teclado luciéndose junto a la trompeta pockey, cuyos alarde
enardecieron al público. Se puso el traje de Sinatra en ‘Lucky Sometimes’
enorme baladón que logró silenciar la festiva algarabía reinante, para delirio
sobre todo, de las parejas que se mecieron en íntimo arrullo... pero antes
también se probó el monopieza de Elvis y le sentó genial en “Yo Yo”
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Foto: Joe Herrero |
El
de Illinoise no paraba de cantar, tocar, moverse, bailar... ¡interpretar cual
divertido cabaret! En “The devil ain’t lazy” nos llevó a los Apalaches, pero
coloreó sus escarpados riscos en la muy coreada “La La blues” que sonó exaltada
y brillante, igual que en la fronteriza y cercana al mariachi “Goodbye
Barcelona”. En ambas estiró los coros cual alegre armonía pop, y en la segunda con Addie Hamilton en el
escenario, el concierto giró 180º grados, aunque sin abandonar la atmósfera
festiva creada por Andrew Heissler, que así se llama en realidad el ‘geniecillo
flaco’. La recién casada pareja le dio la vuelta a la sala… sí antes se había
convertido en un ‘saloon’, paso a ser un teatro de vodevil cercano al
burlesque y la propuesta fue recibida
con entusiasmo. El apretado gentío se hizo hueco para moverse divertido con la escenificación de “Bluebird” o “Killing
time” con el matrimonio yendo y viniendo de un lado a otro del escenario.
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Foto: Joe Herrero |
No
se olvidó tampoco de sus orígenes, con What the rain will bring” a ritmo de el
bluesgras y “Back at the chicken shack”
original de Jimmy Smith, un blusazo pantanoso al que dio un aire jazzaero. Tampoco
del country trotón, en la muy saltarina y balanceante “End of my rope” para acabar,
tras hora y tres cuartos largos con las oportunas “Don’t let me go” arrollador
fifthy más “Goodnight, goodbye (hope for ever)” una nana entre silbidos de despedida.
Entre lo mejor de últimamente y eso que hay mucho.
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