En su tercer
disco, la banda sevillana se despacha a gusto con soltura y desparpajo en las
guitarras como manda el canon ‘stones’.
Un conjunto de canciones
vacilonas que beben de la mejor tradición del ritmanblus en castellano de línea
clara, pero de músculo rockero. A tumba abierta es un sudoroso soul a lo J.Teixi Band, donde brilla el
saxo. Hay también casticismo a Los Enemigos en riffs veloces ‘El Ritual’ o
medio tiempo arrastrao ‘Nada Importante’. Algunas atmósferas que recuerda a
Gabinete Caligari ‘La maestra’ e incluso efervescentes y juveniles acelerones
que recuerdan a los inicios de Tequila ‘Capitan’.
Múltiples
influencias, que… ¡aunque sin grandes alardes! consiguen sonar a ellos mismos ‘No
pierdas el norte’ consolidándose a base de melodías de voz y guitarras al
servicios de unas historias costumbristas que se alejan de la libre
interpretación. Se desmarcan además con eficientes ramalazos de sonidos tan
distantes como el ska o el country aliñados por los ambientes del sur ‘La esquina de mi casa’ , punk rock
noventero ‘No me tientes’ y hasta… ¡toma
ya! se atreven con un bossanovero-pop sofisticado y discotequero, con un punteo
a lo Santana, que no solo no desentona sino que les refuerza como músicos y
compositores ‘Que no se acabe nunca’…
pues eso.
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