El estreno del madrileño sorprende
por su rica acuarela sonora que visita lugares y tiempos dispares entre la
bosanova, la psicodelia o la música orquestal, que convergen en trabajadas
armonías vocales y suaves melodías electrónicas. Ofrece además momentos para la
cadencia meridional y la fantasía pop de minucioso arreglo instrumental, o lo
que es lo mismo: de Kiko Veneno a Lemon Twigs pasando por Los Estanques… ¡y arriesgando en constantes tonos agudos!
Ufff, las
referencias y los adjetivos se agolpan y estallan cual ferial pirotecnia en este
circo rítmico-musical que, con detalle y precisión dirige Juan Fernández-Savater guitarrista de formación clásica que en este primer proyecto
solitario muestra una madurez impropia de su juventud. Virtuosos y vistosos
arreglos de cuerdas y vientos en «Vampirillos» o «Me dijo ser tuyo» como rebosante y descriptiva
presentación, en la que se revela además su académico aprendizaje al compás de
lo acústico en «El niño se levanta» o «La luz me ciega»
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