05 octubre 2022

CASS McCOMBS (28-9-22) Teatro Lara - Madrid. Publicado en la web Ruta 66

Se encuentra cómodo el californiano en su estancia madrileña. Es la cuarta vez en ocho años que visita el entrañable teatro de la Corredera Baja, y aunque en esta ocasión no se llenó, la magia volvió a hacer acto de presencia entre los vetustos palcos y platea. Una austera puesta en escena con el escenario acotado por telones negros y la sobria, pero cercana presencia de Cass, sumado al excelente sonido, propició de nuevo el ambiente ideal en el que presentar las canciones de su nuevo disco ‘Heartmind’ que defendió en cinco de sus ocho canciones.

En esta ocasión se presentó en formato reducido a trío y prescindiendo de teclados y arreglos, aún así bien arropado por la batería en su doble función de percusión, logró mecer en sus butacas al respetable con sinuosa elegancia, pero también zarandear al mismo con la repetitiva y electrizante energía generada por su inseparable Telecaster.   

Tras un comienzo de titubeante intimidad con «Robin egg blu» comienzan ligeramente a moverse los pies que se cruzan sobre la pierna de apoyo del público en sus asientos… que en «Karaoke» una de las más animadas del disco a presentar, se aceleraron unidos a ligeros golpes de dedos sobre los brazos de las butacas. A pies y mano se unieron ligeros movientes de cadera en lucha por desembarazarse del encorsetamiento del asiento… con la aplaudida presencia de «Big wheel» que fue creciendo hasta estallar en la primera tormenta guitarrea de la noche...

…pero los cuerpos recuperaron su sereno asiento cuando McCombs miró al pasado y rescató de su primer disco «Bobby king of  boys town» que sonó muy playera como luego lo haría «Brighter!». Ligeros giros con los que seguir persuadiendo. Enlazó después tres canciones seguidas que también aportaron solidez al repertorio con la energía pop de «New earth» para volver a tentar los resortes corporales. En el tramo final la infalible «Bum bum bum» que volvió a sonar hipnótica, para finalizar intrigante con «Sleeping volcanoes» y ya en el bis con la tensión agridulce de «That’s that». Otra grata de visita para estar por casa… con guitarra y zapatillas. Hasta luego Cass  

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