El quinteto madrileño curtido en bandas del
culto como RIP KC, Los Cuantos o Melange, comenzó curioseando con el baglama saz
(instrumento de cuerda parecido a la mandolina), hasta hacerse protagonista en este
cuarto disco.
Utilizan instrumentos orientales para huir de occidente (de lo
musical a lo vital), aunque con estructuras no muy alejadas del rock, para
recrear sonidos psicodélicos, kraut, progresivos o freejazz. Se inspiran en los
límites interiores del Mediterráneo, desde el Sahel «Yurum’91» a Turquía «Migajas» transitando por sendas andalusíes «Soltad los perros».
Los límites se extreman hasta la India por el este, «De las moscas del mercado» se abre con una intro del angloindio Amancio D'Silva y Sudamérica por el oeste, la
melodía final de «Quemar las naves» es un homenaje a Víctor Jara.
A la usual instrumentación
rock se unen cuerdas eléctricas, saxos, clarinetes y como novedad los sintetizadores
y samplers de… ¿Cabezafuego! (su último fichaje). Desbordante y gustoso viaje.
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