Punto y final al accidentado Tomavistas 2020, tras aplazar, reprogramar y vuelta a aplazar por las cuestiones conocidas, celebrados finalmente las actuaciones en el recinto del IFEMA días antes, Chucho puso broche lo más dorado posible en la despedida del ciclo de conciertos, esta vez en La Riviera.
Una extraña noche en Madrid de incertidumbre y muchas dudas ante el inminente inicio del confinamiento de la capital anunciado día antes, provocó el adelanto de horario. Pesadumbre reforzada por un anticipado tiempo invernal que se reflejó en el escasísismo ambiente previo en los habitualmente abarrotados bares del Paseo de la Viren del Puerto, para media entrada del ya limitado aforo y... poco ruido, y… mucho eco... y muchos silencios apenas rotos por el perfecto y profesional protocolo sanitario cuidado al detalle.
Quizás por ello Fernando Alfaro, que apareció totalmente rapado y afeitado, extremadamente alejado a su imagen de los últimos años, comenzó con un clásico, "De aire" medio tiempo reflejó del escenario frene al escenario (alineación geométrica de figuras sentadas y sillas vacías), para, a continuación presentar las canciones del último disco, a golpe de luminoso western pop con "Sombra lunar" y "Hoamm" que en directo sonaron más convincentes que en su versión estudio.
El arrebato enérgico llegó con el primer himno de la noche "Abre todas las ventanas" (llegarían más como "Un ángel turbio" o "Revolución"), la aflamencada rabia de "Flores sobre el estiércol" y las reciente "La carretera de la costa" o la que da título al nuevo disco "Corazón roto y brillante"
Momentos de pop amable y eléctrico en versión extrovertida "Yoga pop" y en su versión íntima "Un inmenso placer" y momentos para retorcer las guitarras en las tinieblas profundas y conocidas "El detonador DMX3" y en las esperanzadas y por conocer "La ambulancia y el dolor"
La luz finalmente se impone al final de la actuación con "La mente del monstruo" y la inevitable "Magic" que arrollaron con su estribillo pop, y ya en bises, con el cortocircuito punk de "Perruzo" y la distorsión progresiva y ruidista de "Inés Groizard".
Pues si... a pesar de todo, aún sin poder continuar la fiesta fuera, Alfaro y los suyos consiguieron poner broche de oro a una edición extra del Tomavistas, con la que aprendimos a bailar sentados.
De aire - Sombra lunar - Hoamm - Abre todas las ventanas - La carretera de la costa - Feria animal - Flores sobre el estiércol - Un ángel turbio - La ambulancia y el dolor - Yoga love - Revolución - Un inmenso placer - El detonador EMX3 - Corazón roto y brillante - La mente del monstruo - Magic - bises: Perruzo - Inés Groizard
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