El trío de Barcelona encabezado por el limeño Edu Chirinos cumplía su
promesa de separarse después de diez años y diez discos (que han ido publicando
puntualmente cada año). Así que ésta sería la última vez que veríamos a las
Ruinas en Madrid, por lo que el bullicio era notable ya en la angosta calle que
da acceso a la sala.
Fiesta de despedida en la que Las Ruinas ofrecieron más de lo miso y de lo
bueno... según ellos mismo: heavy pop, según el que escribe: cubista,
surrealista y dadaísta (por favor, ajunten sin complejos estos calificativos a
las etiquetas que en esta crónica irán describiendo a las canciones), en el que impera el humor
inteligente en las letras con ingenioso juegos de palabras, y se imponen las
guitarra y el bajo sucios y ruidoso y la bacteria alegre y destartalada. Así
sonaron en la mítica sala de la calle Jardines, en electrizante lo-fi... dieron
mucho con poco.
Con Edu como anfitrión, esta vez sin sus imperecederas gafas oscuras, y
escudado por Toni López y Jaime Beltrán en los ritmos se ventilaron n torno a
veinticinco canciones en cerca de dos horas de desenfreno y sudor. Con un público
entregadísimo, que se volvía loco con cada uno de las canciones, que se iban
sucediendo sin pausa... dos minutos y medio, tres lo máximo y a por la siguiente
El repertorio lógicamente se basó en un repaso a todos sus discos, incluyendo
al menos una canción de cada uno de los discos. Desde la más antigua
"Cubata de fairy", un medio tiempo un tanto oscuro pero a la vez muy
rítmico y toreable que apareció en su primer disco 'Butano' 2010, hasta el
último 'Alucinaje' que es el que tocaba presentar fueron sonando "Piensa por
ti mismo": arrítmica, dislocada y alocada, "Safari
extraterrestre": marciana y psicotrópica, "Colosos": pink pop
psicodélico y retrodélico y "Lo que siento por ti": punk pop a lo
Airbag...
...mientras se iban intercalando reconocibles himnos como el harcore rabosos
"La radio ha muerto" con la que abrieron el concierto, la rumbera
"Viva la resolución", la aflamencada "Fruta de temporada",
la garajera "Necesito saber", la delirante "Secundarios del mundo
uníos"... la gente se volvía loca a la vez que los efluvios etílicos se mezclaban
con la energía que se desbordaba desde el escenario... y el descontrol continuaba
con la psicobilly "Ramón y Cajal", heavy pop de "Estafa
nacional", los aires ochenteros de Gabriel y vencerás", la
locura rapeada de aires morunos de "Cerveza beer"... acelerado punk
de "Mi vecina es una asesina", "Se remata un corazón" o
"Club de fans" estás últimas del disco 'Goarrr' (2012) del que tomaron
bastantes como la canción final "Ovni"... ¡ largo desarrollo sónico !
de psicodelia trepidante, donde Edu se desgañitaba en la voz gritando... 'llévame,
llévame, llevameeeeeeeee... como definitivo epílogo.
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