El 26 de enero de 1994 esta misma sala albergó la fiesta de presentación del
fanzine Rock Indiana con la actuación de Pribata Idaho y Protones. Estos últimos
prestaban su single de estreno 'Footsteps' que acompañaba el número 0 del
fanzine y que se convirtió en la primera referencia del sello. Mucho han cambiado
las cosas desde entonces y no solo musicalmente, pero 25 años después, en el
mismo día y en el mismo lugar se celebraron los 25 años de Rock Indiana. Para la
ocasión se reunieron las dos bandas con las que se estreno el sello, los
citados Protones y Berracos que se estrenaron también discográficamente con el
single 'Walking down' que se incluyó en el número1 del fanzine. Ambas noches se
saldaron con aforo completísimo.
En esta última, más que relatar lo que musicalmente ocurrió, sobra
decir que ambas bandas tocaron sus clásicos más conocidas, es momento
para dejar fluir las emociones, recordar los viejos tiempos y
reencontrarse con gente que... con más años y menos pelo, encanecido o sin él,
formó parte de forma directa o anónima de la explosión independiente que brotó
en los primeros noventa. Algunos se los ve todavía por ahí por los conciertos,
a otros no tanto, pero todos dejaron atrás
veinticinco años por unas horas para disfrutar sin prejuicio, como cuando el
cuerpo tenía más aguante.
Comenzaron Protones, con su acelerado power pop y buena parte de los muchos
miembros que pasaron por la banda, con Cocolo a la guitarra y Javi Cabello en
la batería como fijos durante toda la actuación, alternándose en el bajo Tato y
Arturo y en las guitarras Octavia Vink y Marcos Arribas. No pudo estar Pepe
Verde, su carismático cantante, que vive ahora en San Francisco y... se le echó
de menos claro, pero le suplió con energía y pasión Pablo Cabanes que en
distintas etapas de la banda se hizo cargo primero de la batería y luego del
bajo.
Después Berracos, con el quinto titular de siempre para derrochar punk rock
directo con su cantante irlandesa Shauna al frente, que llegó desde su actual residencia
en Londres, Jota a la batería, Ricardo al bajo y Jaime y David en las
guitarras. Más estables en cuanto a componentes en su carrera, tuvieron más
facilidad a la hora de ejecutar su repertorio por lo que alargaron algo más su
tiempo de actuación.
Al final del concierto complicidad sincera entre músicos de ambas bandas en
plena jam y auténtica locura con la gente subiéndose al escenario para cantar con ellos en un arrebato de
nostalgia asalvajada. No hubo instrumentos ni personas lesionados pero si sudor
y pogos sin incidencias cardiacas corporales… aunque si emocionales.
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