En un tiempo y lugar indefinido, aunque no parece que lejos del mundo urbano
actual, una nueva droga, soufflé provoca extraños efectos secundarios a quienes
la consumen. Ni las advertencias de las autoridades públicas, ni la perdida de
partes del cuerpo que provoca su consumo, parecen ser un obstáculo para el
alienado grupo de adolescentes protagonistas de estas páginas.
En un ambiente de extraña frialdad -a los afectados no parece
cambiarles mucho la vida por el hecho de perder los ojos o un brazo ni que
aparezcan posteriormente por sorpresa, más allá de otros problemas de su
existencia vacía- se desarrollan una serie de relaciones "taradas":
parejas imposible, amistades insanas, familias dementes... relaciones en las
que parece mezclarse la realidad con los efectos de la droga. Los personajes se
encierran en sí mismos o en sus conciencias que en el caso de uno de ellos se
hace real... e incómoda.
El hilo narrativo parece intencionadamente indefinido, la narración la
marcan los distintos personajes y sus imprevisibles situaciones, algunas
surrealistas, otras extremas... dentro de una continua atmósfera de irrealidad
que en algunos momentos se hace difícil de digerir por el elector, pero con una
alegoría final bien delimitada que pone las cosas en su sitito. En definitiva
sufflé es una personal visión del eterno tema del fin de la adolescencia y la
imposición de la realidad.
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