Niños Mutantes son un clasicazo del festival, han crecido con él y en
esta ocasión se presentaron en el escenario grande donde el sol no se había
ocultado todavía, aún así congregaron a muchísimo público para lo temprano de
la hora. Sus dos últimos discos, la queja social que supuso "Náufragos"
y el esperanzador "Futuro" conformaron el grueso de la actuación, sin
olvidar algún imprescindible como "Errante (canción mutante)" y como
no "Como yo te amo de Raphael",
En el mismo escenario que el pasado año, pero con un horario más adecuado
Egon Soda mostraron solvencia y emoción. Grupo de grupos en que Ricky
Faulkner (al frente del resto de barbudos) canta las composiciones del
guitarrista Ferrán Pontón y que de nuevo sin hacer mucho ruido se convirtieron
en una de los concietos del festival. Excelentes letras costumbristas y una
banda compactadísima que toca de corrido, jugando con las melodías y las
disonancias a capricho sin perder efectividad. Oí comentar que eran
"inide adulto"... ¡ bueno ! si la media de edad del festival poco
tiene que ver con el público universitario (de institutos ya ni hablamos) habrá
que tomárselo como un halago. "Indie de calidad" podríamos
decir, al que se apuntó un irreconocible (con barba ¡como no! y
sombrero) Martí Perarnau de Mucho.
Raphael era el centro de atención de la presente edición... y así lo
corroboró un público que atestó literalmente el escenario principal. Un peculiar
paisaje entre el que predominaba el de curiosos, se divirtió un con las
canciones más "pop" del de Linares como "Mi gran
noche" y "Escándalo" himnos abrazado por los "indies"
más accesibles. En cuanto se puso en plan "crooner" cundió el
aburrimie
nto... salvo para la gente de más edad, que engalanada para la
ocasión, bajó al recinto para disfrutar del Raphael de siempre, no el que nos
venden los trasnochados modernos televisivos. Larguísima actuación (que
trastocó de forma importante el resto de actuaciones) en la que aparecieron
Juan Alberto de Niños Mutantes, Vega y Alberto Jiménez de Miss Cafeína
con(salvo el primero quizás) anodinas apariciones.
Iván Ferreiro se preocupó está vez más de las canciones que de si
mismo, ¿adiós por fin a un manierismo innecesario? y le salió un concierto
sólido... y excesivas concesiones. "Turnedo" sonó de las primeras,
"El viaje de Chihiro" al final y no hubo tiempo, quizás lastrado por
el desajuste horario, para canciones de Los Piratas. De las nuevas
"Bambi Ramone" sonó espléndida, perfecta para el directo (pierde en
el disco) junto a otros registros como la íntima "El Bosón de Higgs"
o las excelentes mediodías pop que son " Pájarao azul" o "El
dormilón". Su mejor concierto del ya extenso periplo sonorámico.
Tras las personalidades referidas, llega el esperado vendaval de las bandas
y el ruido. Los madrileños Layabouts levantaron al personal con una
dosis cada vez más rabiosa de guitarras que fueron la mejor transición para
escuchar a We are Standard interpretar las canciones de The Clash. Repertorio
salpimentado de las diferentes influencias de la banda liderada por un Joe
Strummer (su reproducción a tamaño real en cartón presidió toda la actuación)
de las que destacaron la oscuridad de "Clapdown", la fiestera "Police
on my back" y como no "London calling" y las más celebradas
aunque evidentes "Shoukd I sta or should I go" y "Rock the Casbah".
Animaron las altas horas de la noche.
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