Gran acogida la del granadino, en la presentación de su último disco
"Formas de matar el tiempo". Espíritu de rock clásico antes de la
actuación en los bares de las calles adyacentes... ambiente de camaradería ya
en el interior... pulcritud y elegancia en el escenario en cuanto que se
encienden los focos y arranca José Ignacio con dos canciones no muy
habituales: "Nadie supo decirme la verdad" y "Algo falla"
A continuación, el ex 091 atacó sin complejos sus nuevas canciones ,
alternando la eléctrica con la acústica para recrear estallidos rockeros como
"La ciudad que nunca existió" o "Cuando por fin" con medios
tiempos como "Un día de perros", "Muy lejos de aquí" o los parajes más pausados como "Cosas por
hacer", "40 días en el desierto", "No hay vuelta atrás"
o "Desvaríos", demostrando que el semillero que clásicos en futuros
repertorios sigue creciendo exponencialmente. Solo la que cierra el disco
"Azar" quedó inédita.
Demostrada la valía del nuevo disco comienza el repaso por la ya extensa
discografía de Lapido: “Luces de ciudades en llamas”, “Nadie besa al perdedor“,
“Cuando el ángel decida volver” o “En el ángulo
muerto”... cambian las canciones pero tanto las antiguas
como las nuevas (alog más dylanianas estas)
encajan en el ideario rock que defiende el granadino con convencimiento y
perseverancia, el de estrofas y estribillos entre la más rabiosa alegría y el
más profundo dolor.
Víctor Sánchez en la guitarra se mostró solvente y junto a los teclados
de Jean Paul (Raúl Bernal) que brillaron en las múltiples arreglos que exigen
las diferentes canciones, fueron la base sobre la que Lapido fue construyendo
su sonido ya fuera con una u otra de las tantas guitarras que mostró. Dos escuderos
de lujo en los que se lo hicieron más fácil. Popi González en la batearía y
Paco Solana en el bajo, con sus instrumentos... dejando el protagonismo a la
primera línea-
Tras dos horas de concierto, con dos bises en los que no se olvidaron de 091
con "Zapatos de piel de caimán" o "Un cielo color vino"
además de seguir hurgando su discografía "La hora de los lamentos" o
"El díos de la luz eléctrico" una auténtica tormenta de guitarras
electrizantes y ruido se despidieron dejando a los presentes huérfanos de
más... y es que fiel a lo suyo, siguiendo su camino, sigue convenciendo... con
grandes canciones es más fácil.
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