18 febrero 2012

NADA SURF - The stars are indifferent to astronomy (Ernie Records)

Tras el disco de versiones del 2010 "If I had a hi-fi" nos encontramos con nuevas canciones de de Nada Surf, lejos quedan ya las que formaban "Lucky" en 2008. El trío neoyorkino lleva más de quince años tocando juntos y eso se nota, por lo que para este disco se atreven a grabar las canciones en toma directa y todos juntos en el local de ensayo. Ganan los ritmos en esta grabación sobre todo las baterías de Ira Elliot, mucho más marcadas aunque también los bajos de Daniel Lorca, más oscuros que en otras grabaciones. Sobre ellos la voz de Matthews Caws, que sigue manteniendo la capacidad de adaptarse a diferentes más ambientes, melódicos y maduros unas veces, febriles y juveniles otras...

Atemperados los ritmos más acelerados desde hace ya algunos discos, siguen manteniendo el espíritu desenfadado de sus primeros, consiguiendo así un sonido propio en esta esplendida madurez por la que transitan. Las melodías de voz se ajustan a la perfección a esas cadencias que van entre los medios tiempos y los tiempos más lentos. Un toque de épica ligera los sitúa en el difícil terreno de las bandas que suena a ellas mismas.

Comienza el disco de forma enérgica con la potente "Clear eye clouded mind" y en esa línea se mueven también canciones como la jovial y alborozada "Locking through" o "Waiting for somethig" y "The moon is calling", aunque en estas últimas se aprecia un corte más melódico. También encontramos los parajes más sosegados en "When I was young", "Let the fight do the fighting" o "Jules and Jim" con la que homenajean la película que Françoise Truffaut filmara en 1962, una de las canciones más emocionante con un aire costa oeste años 60 con las melodías de los Byrds como bandera. "Teengae drream" también coquetea con los aires "sixties" donde la voz en ocasiones se hace coro. Cierran con "No snow on the mountain" y "The future" donde las melodías se sitúan esa delgada línea entre lo agrio y lo dulce, eso si con ganas de repetir y volver a degustar dichas sensaciones.

Con más de quince años de carrera, discos como este les siguen consolidando como banda de larga duración con sus diferenciadas etapas de juventud y madurez, y es que estas cancines suenan atemporales y por tanto... duraderas.

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