21 julio 2011

THE BLIND BOYS OF ALABAMA (18-7-11) Escenario Puerta del Ángel Casa de Campo - Madrid

The Blind Boys of Alabama son una entrañable banda de octogenarios que llevan más de seis décadas cantando gospel. Aún con tantos años a sus espaldas, no se ciñen únicamente a su estilo, y buscan fórmulas nuevas. Así fue que, en esta agradable escenario de los Veranos de la Villa, sonaron no sólo los espirituales sino también blues primitivo, bailable música negra, con toques dance unas veces o funky otras, y ¡ como no ! country ! co el que aparece en su último disco que precisamente presentaban "Take the hight road".

Tal magnitud de estilos sonaron como una fiesta, todo energía y diversión gracias a una voces todoterrreno que se amoldaban a cualquier registro ¡ y con la edad que tienen ! También fueron destacables unos músicos (algo más jóvenes), metódicos en bajo y batería y chispeantes en teclados y guitarra, aoque arroparon a la perfección al trío de voces principal, mermado por el fallecimiento (la vejez no perdona) de algunos de sus miembros y es aun recuerdo el Womad de Cáceres 2002 donde se presentaron hasta a siete vocalistas en escena, montando un auténtico espectáculo.

A pesar de su lógico estatismo en escena (como su propio nombre indica los tres cantantes son invidentes), montaron su espectáculo al más puro estilo James Brown, al saltar sorpresivmaente de sus sillas en arrebatos ante el micro, lo que provocaba que su bajsta y asistente en escena, tuviera que andar sentándolos de nuevo, mientras se levantaba otro compañero al lado con más arrebato aun si cabe.

Para regocijo de un público, que sorprendentemente no llego a llenar ni la mitad del aforo, Jimmi Carter, uno de los miembros fundadores supervivientes, recorrió voz en micro todos los recovecos del escenario, desde el foso hasta el gallinero, en pura exaltación de júbilo emocional. Jimmi Carter como maestro de ceremonia, se había ganado antes a todos, mostrado durante todo el concierto parlanchín y dinámico no parando de recomendar la compra del último disco que pasarían posteriormente a firmar (insistió mucho... no se que pasará con el sistema de pensiones en los USA).

Así acabó la noche, entre buena música añeja ejecutada con precisión, entrañable espectáculo en escena y grada y algunas versiones entre las que destacó nada más y nada menos que "Way down in the hole" de Tom Waits. Una anoche con la que salir con la sonrisa en los labios.

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