Liderados por el incombustible Rudi Protrudi, se presentan The Fuzzotnes de nuevo en gira como defensores irredentos del revival garagero y lisérgico. Aparecieron con sus conocidos guitarra y bajo “jamoneros” como el que luce Rudi tatuado en su antebrazo izquierdo a modo de huesos que cruzan la calavera distintiva de la banda, y una imagen entre curiosa (turbantes) y habitual (chupas de cuero o vaqueras con el logo a la espalda).
Presentaron su último disco "Horny as hell" en la que además de versiones ajenas, han grabado de nuevo algunas de sus canciones más clásicas, añadiendo para la ocasión una sección de vientos y coros femeninos. De ahí la presencia de un saxofón en escena que junto a los teclados tuvo bastante presencia en el inicio del concierto, cuando Rudi se dedicó a cantar acompañado sólo de la pandereta, pero que cuando éste se enganchó a la guitarra quedaron ambos en un segundo plano, ya que fue le momento de las guitarras saturadas y cavernosas a que nos tienen acostumbrados.
Tras una intro instrumental, comenzaron imparables enlazando canciones sin fin y así fueron cayendo las rejuvenecidas "Ward 81", "Highway 69" o "She is wecked" y alguna versión de los "Sonics" ¡ claro !. El único repsiro... algún momento de psicodelia con distorsión de guitarra tormentosa en el que destacó Lenny Silver, no sólo con la guitarra sino también... ¡ con el theremin ! con el que iba enlazando punteos entre este instrumento y su guitarra.
Leny llevó perfectamente la responsabilidad de las guitarras, al igual que Screamin' Bo en el bajo que permitían a a Rudi centrarse en su labor de "frontman" y despreocuparse algo más de su guitarra. También tuvo su momento en la batería el contundente Rob Louwer cantando con fiereza un par de temas.
La segunda parte bajó un poco el rimo de la actuación. Protrudi se entretuvo en exceso en comentarios y dicharachería con el público entre canción y canción (no se si por cansancio aunque la verdad se le notaba en forma) y eso hizo perder algo la tensión.
Algo que arregló en el final de la actuación y sobre todo en los "bises" en los que volvieron a un no parar, con una excelente interpretación del "Loose" de los Stooges (homenaje a Ron Asheton imagino, aunque no hubo alusión a él) y tirando sobre todo de las canciones de su aclamado disco de 1984 "Lysergic Emanations" del que tras petición popular rescató las imprescindibles "Cinderella" y "Strychnine" donde Lana Loveland en los teclados que, vestida de leopardo a lo Cramps (de la que tocaron una versión también en homenaje a Lux interior) tuvo su momento de protagonismo con un Protrudi cantando entre las primeras filas.
Veo que el concierto en El Sol fue muy parecido al de Castellón, auque con dos días más de cansancio. Pero valió la pena. Saludos.
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