27 diciembre 2005

CHINGALEROS - PIOLINES (10-12-05) Siroco - Madrid

Auténtica fiesta la vivida en un abarrotadísimo Siroco ¡como en sus noches más calientes! esta entrañable y clásica sala nos hacía sudar de nuevo, aunque también tuvieron bastante que ver en ello Chingaleros que presentaban su tercer disco "Realese the apes" 

Una entrega del punk más cafre, oscuro y primitivo que puedas imaginar. Poco importaba que el sonido rebotara por techos y paredes hasta convertir aquello en un infierno, los hijos del Chingo adoctrinaron divirtiendo y en poco más de una hora nos presentaron un visceral punk de ultratumba, viciado y sucio. Chingaleros vienen de varias bandas del punk malasañero de los 90' y ahora que parece quedar poco de aquellas bandas, se presentan estos con un punk primitivo y embarrado "Crap the cut" mi favorita del disco, la más rasposa y tribal me hace recordar a Cramps. Noqueados acabamos y pringosos, con este nuevo soplo de aire sudado y sucio en las entrañas alcantarilleras de la capital.  

Pero el fiestón tuvo aperitivo, volvieron Piolines, el grupo más gamberro, atrevido y acelerado del que hace años no sabíamos nada. Vuelven y siguen como siempre, riéndose de todos y de ellos los primeros (esos monos amarillos) y como nos tenían acostumbrados, batiendo records, 30 canciones en 25 minutos, debieron ser 20 minutos pero las dos últimas canciones "Casi me mato" de Barón Rojo y homenaje a Macarena, habitual personaje de lo noche conciertera (cantó entre distorsiones la última) alargaron la actuación. Conté canciones de 20 segundos. 

Punk castizo, freaky y casposo. Delirante y surrealsita berreando a sus habituales personajes, "Forrest Gun" o "Chiquito" pero aun se atreven con temas y personajes nuevos "Teddy Bautista", "Zapatero", "Concejal" a ver si este concierto no se queda en anécdota y el regreso se alarga, pues desde su último disco "Buen provecho" (1998) 42 canciones en 38 minutos, hemos quedado huérfanos de hacedores contra la necedad. Abobados quedamos y alienados con los viejos aires de irrealidad que se picotean en las alcantarillas de la capital. Pues eso ¡tumbaos! como el chaval de la foto de arriba, entre monos y pollastres.

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