Presentación del Wintercase 2005 en el pudimos ver a Adam Green por fin como artista principal después de un par de apariciones como telonero de otras bandas, en las que los escaso treinta minutos de actuación se le empezaban a quedar ya ¡¡ muy muy cortos !! para el cada vez mayor número de seguidores de este inclasificable neoyorkino que poco a poco, va soltando el lastre de ex-Moldy Peaches y consolidando su carrera en solitario.
Una hora y cuarto alargada en los que, a pesar de que un inoportuno constipado le obligaba a "falsetear" la voz cuando había que llegar alto, presentó su último disco "Gemstones" y repasó su aclamado "Friends of mind". Entretenidísima actuación con un público fiel que no repara en seguir los divertidos caprichos del croner hasta incluso hacer subir al escenario a dos encantadoras chicas a hacer el baile del conejito en "Bunnyranch" o hacer que durante los bises, el personal fuera pidiendo las canciones que querían escuchar previa manita levantada y siendo elegidos por el, como en el cole vamos.
No decepcionó Adam Green, aun cuando quizá mermado por los virus, abusó menos de lo habitual de su repertorio de poses, gestos y bailes naif propios que le hacen único en directo, en cambio no reparó en mantener el mayor contacto con su entregado público hablando en castellano (muy mejorado) en la mayor parte de sus explicaciones, algo que contrastaba con la hierática actitud de sus músicos (los mismos que firman el últmo disco), ni gestos, ni palabras, ni sonrisas; sobrios, demasiado sobrios, hasta el exceso, aunque eficaces y concentrados en allanarle el terreno a su cantante, destacando algunos arreglos de piano.
Algo antes pudimos disfrutar de Jeffrey Lewis en su primera gira por España, otro joven neoyorkino en cuyas raices antifolk se enmascara un auténtico punk de guitarra acustica desvencijada. Acompañado de su hermano Jack en la batería y de Anders Griffen su compañero de correrías al bajo (una especie de Frank Zappa del desaliño) sorprendieron muchísimo a un público que apenas tenía referencia de ellos. Jefrrey Lewis con talento, imaginación y mucho humor consigió ser el aperitivo perfecto de su amigo Adam Green.
Aun cuando su imagen pudiera hacer sospechar lo contrario, físicamente es muy parecido a un Neil Young joven y huraño con pintas y ropas descuidadas como su acústica pintada, redibujada y rota. Si su primera canción presagiaba sonidos countrys, en seguida atacó frenéticmanete acordes ultracelerados, gritos punkarras y jugueteos con las cuerdas con el que se ganaron enseguida a los allí reunidos. En un par de canciones nos contó la historía de su vida pasando las hojas de un gran bloc en que tenía dibujado, con un estilo muy personal, los pasajes de las andanzas que en el micro iba recitando. Ideal para los que se despistan o hablan en los conciertos sigan atentos.
Jefrrey Lewis es además dibujante de comics, se hace sus portadas, también las de los Moldy Peaches y llevar con éxito esa faceta a un directo, hace que su concierto fuera una sorpresa constante. Otro momento culminante llegó cuando nos contó la historia de la New York music entre 1950 y 1975, de nuevo recitando cual "spoken word" pero, con inserciones rapidísimas, a penas treinta segundos, de algunos clásicos de los músicos y artistas de los que nos iba hablando: Lou Reed-John Cale, Iggy Pop, ... Humor con talento y otras artes hacen de este personaje un elemento a seguir.
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