Despacio pero con paso firme... disco a disco, el trío alicantino evoluciona y consolida su sonido en esta cuarta entrega Sangre, en el que, sin perder sus señas de identidad forjadas a base de punk directo y rock enérgico con ramalazos hardcore, nos presentan novedosos desarrollos melódicos y oscuros.
La inicial «Frío» marca el camino y… sorprende con una melodía oscura, eléctrica y algo futurista que raya las lindes de la densidad postpunk y que se alarga en minutaje a lo habitual en ellos. «Territorio Devastado» y «Consejo Obrero» trasmitan por las mismos terrenos densos y eléctricos, pero un poso de apocalíptica nostalgia, las acerca al pop oscuro de los 80'.
Sin adentrarse del todo por dichas sendas, afianzan sus afilados riff de guitarra y crudos ritmos en canciones como «Que hacer» o «Matar/Morir» donde además, muestran de forma más explícita el enfado y la rabia a las injusticias que nos rodean.
El descontento vital existencial, envuelto en algunos momentos de imaginería soviética, flota como concepto a lo largo del disco. «Komsomol» y sobre todo «Rukeli» nos muestran la vía intermedia, pues la sangre que salpicaba clara y licuada, fluye ahora viscosa y coagulada , como señala la letra de esta canción.