ECDS se reencuentra cuatro años después con el Festival de los Sentidos… y nada más llegar se aprecia la evolución del mismo. Mucha más gente, más presencia del festival en el pueblo, cambio de recinto… ambiente de fiesta para la edición que supone el décimo aniversario. Dejando al margen la feria gastronómica que forma parte del festival, la oferta musical se centró en bandas y solistas consagrados que ya habían pasado en ediciones anteriores como Sidonie o Iván Ferreiro, junto a bandas emergentes, algunas ya casi habituales en el festival como Varry Brava, ¡ además de un buen puñado de bandas de Murcia !
En el nuevo recinto más cómodo, arbolado pero algo
escaso de luz entre conciertos Viva
Suecia presentó su segundo disco “Otros principios fundamentales”, los
murcianos ofrecieron buenos momentos de pop de guitarra enérgico con
himnos-estribillo pensados para estos momentos de festival. Canciones
instantáneas como “Que esto funcione”, “Hemos ganado tiempo” o “A dónde ir”
hicieron saltar a las primeras filas, aunque el resto estuviera aún a la espera
de nombres conocidos.
Iván
Ferreiro presentó su último disco “Casa” ampliando su
repertorio de canciones infalibles… y ampliando el número de seguidores, se
llenó el recinto durante su actuación. Repasó buena parte de su repertorio, en
una actuación en la que creció como interprete de sus propias canciones, más
pendiente de ellas que de lo que le rodean, público, ambiente… sobrio, incluso
en su imagen (apareció con poblada barba canosa) y sólido en las nuevas canciones,
dejando breve espacio a su repertorio clásico que pareció tocar casi por
obligación ante un público más anclado en el legado de Los Piratas que el
propio artistas.
Para cerrar la jornada otro clásico festivalero Sidonie. Saben manejarse como nadie en escenarios multitudinarios y ofrecen lo que mejor saben hacer, que además es lo que le piden sus seguidores. Grupo y público fundidos en una maraña de pop enérgico luminoso y potente, donde los estribillos mandaban. El repertorio de su nuevo disco “El peor grupo del mundo” se ajusta a la perfección, como así ocurrió con “Os queremos” con la que comenzaron “Carreteras infinitas” o la que da título al disco. “Fascinado” recordó los orígenes de la banda junto a “El bosque” o “El incendio” que aunque desconocidas para muchos sonaron vibrantes.
La jornada del sábado vino marcada por la tormenta y
se retrasó el horario programado. Elefantes
congregó a una buena multitud de gente… su pop manierista gustó más al
público menos festivalero o “indie” que al que anualmente acude fielmente a la
cita rodeña. A Shuarma le ocurrió lo contrario que a Ferreiro, más pendiente de
poses, gestos y público que de las canciones, también en las ajenas, versión de
José Luis Perales incluida.
Los cartageneros Nunatak sorprendieron, moviéndose en terrenos intermedios entre el
folk rock enérgico, enriquecido con instrumentos como el ukelele o la trompeta,
y los medios tiempos con una acertada acústica. Los que allí estuvieron se
dejaron notar en las primeras filas.
León
Benavente puso patas arriba el festival con Abraham Boba al
frente, más desatado que en otras
ocasiones, daba miedo verle de un lado para otra como un poseso mientras el
resto de la banda… no perdía ritmo aunque si también algo de cordura. Desde la inicial “Tipo D” hasta la final “Ser
Brigada”, pasando por “Todos contra todos” o “Aún no ha salido el sol” no dieron
tregua llevando el electro rock a límites cercanos al punk. Una apisonadora sónica…
demasiado para unos, no lo bastante para otros. Entre el retraso horario y el subidón (realmente
lo segundo), no quedaron fuerzas para la actuación de Varry Brava.