28 enero 2012

CLINT - Asuntos internos (Discos Malos)

Tercer disco de este cuarteto madrileño de Harrys... Callahan, el Ejecutor, el Fuerte y el Sucio, en el que siguen homenajeando (nombre de la banda, título del disco y ahora también con en el nombre del sello en el que se autoeditan) las interpretaciones setenteras de Clint Eastwood, quien encarnaba al más duro y fuera de la ley policía del Departamento de Policía de San Francisco que popularizó el modelo 29 calibre 44 Magnum de Smith & Wesson mientas decía eso de "Alégrame el día" apuntando a la cabeza del  humillado malhechor.

Siguen quemando etapas, ya a penas queda rastro del pop delicado de Umbrella Hating Generation (banda con la que comenzaron a finales de los 90'). De sus dos primeros discos ya como Clint, aunque aun queda huella, evolucionan a sonidos más rockeros, dejando atrás la desazón de las melodías arrastradas de aire fronterizo. Siguen apostando por los instrumentales de corte cinematográfico, eso no cambia, pero encontramos ahora un mayor peso en los ritmos y a la vez una mayor presencia de arreglos (destaca Javier Díaz Ena al theremin), que le da al disco una riqueza instrumental añadida al diversifican los ambientes con la sección de vientos.

Atmósferas detectivescas de telefilm ochentero en la que abre el disco "Serie B" o "Tómalo con calma", garajeras y surferas en "Caso cerrado", de asfixia intrigante en "Difunde notas divinas" o "Aparadores, estallidos tarantinescos en "Pólvora eres" ambientes espaciales en "Alarma" e incluso aires folk fiestero y tabernario en "Alguno de los nuestros" y ritmos circenses en "Hechos presuntamente delictivos". Para cerrar el disco "Vacaciones en el bar" un colorido epílogo con los teclados como protagonistas, anunciando el mejor final feliz de una película.

Como curiosidad, "Flirted with you al my life" versión de Vic Chesnutt que interpretaron en los conciertos de homenaje que se hicieron tras el trágico fallecimiento del músico norteamericano en el 2010. Emocionante canción  que nos recuerdan algo más a sus anteriores etapas, pero que no le pierde la cara al presente de la banda. Un lujo todo ello.

21 enero 2012

LA DÉBIL - Sángrala (Everlasting Records)

Segundo trabajo de esta banda madrileño-toledana que transita por los territorios más difícilmente clasificables. Una mezcla de kraut rock, psicodelia y sonidos industriales tocados con crudeza minimalista y progresión primitiva. El ruido como denominador común pero a lo largo de las canciones encontramos múltiples vías de escape que hacen de su escucha una sorpresa constante.

El disco se estructura en cuatro partes, separadas por tres momentos instrumentales cortos llamadas #1, #2 y #3, la primera suena como si de un disco en vinilo puesto al revés se tratara, en la segunda una voz pasada de revoluciones nos da instrucciones para la relajación sobre un fondo de vals y la tercera suena a órgano de iglesia distorsionado. No marcan en todo caso un cambio de fases ya que, aunque el disco evoluciona entre las primeras y las últimas canciones se entremezclan en dichas partes diferentes sonoridades.

La primera parte se abre con "Sángrala" la canción que da nombre al disco, más de cinco minutos en los que progresa con tensión en un ambiente de oscuridad y ruido que nos hace recordar a Nudozurdo. "Rosario" rompe con la anterior, pues con un punto de locura nos muestra un estallido de ruido instrumental festivo y acelerado, junto a una voz que suelta machaconas y ultrarrápidas sentencias, recordándonos en este caso a lo que actualmente hacen Rosvita... 

La segunda parte es para "Averigua cual", en el que la batería suena de nuevo machacona y metálica reforzada otra vez por la repetición constante de estribillos. El tono festivo aquí cede a la sonoridad del postpunk de aire Bauhaus.

La tercera parte comienza con "Ten cuidado", escaso minuto y medio donde de nuevo se repite el esquema de ritmos de batería y estribillos, aunque aquí sonando con urgencia punk, un estallido de furia que escupe  rabiosos ladridos que nos traen a PAL a la memoria.

A partir de aquí, el disco evoluciona y nos muestra sonoridades nuevas, aunque con influencias claras, la banda se hace más personal e interesante, llegando a sorprender con giros inesperados.... aunque quizás también puedan mostrarse menos accesible, pues comienzan a transitar por sendas angulosas: psciodelia sucia, frío rock industrial, ritmos primitivos y tribales por los que se filtran gotas de stoner leve y pop atenuado.

"Uralita" es un ejemplo de ello, casi nueve minutos en los que vuelven a los ritmos tensos de evolución lenta donde los bajos comienzan a tener más presencia, y la batería se atempera. Tarda en entrar la voz, y la canción da un giro pues muestra un tono de himno pop inexistente a lo largo del disco. El final de la canción es un adictivo ritmo de bajo que recuerda al "Echoes" pinkflodyano en su versión directa en Pompeya.

"La flor del azafrán" marca agradables diferencias, se desnuda de instrumentación para quedarse en una percusión que suena a tamboril destemplado y futurista al servicio de una un texto que, fruto del riesgo, bebe de las fuentes de la poesía popular, un "quejío" de amor  de inspiración lorquiana pasado por el filtro de Morente ¡ ahí es na !

La última parte se abre con "Camión" donde de nuevo se aceleran en las marañas del ruido entre las que se cuelan acertados arreglos de trompeta. "Que quieren" son ocho minutos dónde de nuevo el sonido se simplifica, percusiones oscuras al servicio del  recitado de esta apocalíptica letanía. Para finalizar "Rite Rite" ¡ casi veinte minutos ! de exhuberancia dónde cabe de todo, más ecos de Pink Floyd, algo de Sonic Youth, detalles de Robert Frip...

Un total de 65 minutos que nos llevan por parajes tormentosos y urgentes de corta duración unas veces, y sosegadas calmas de duración variable en otras. Entre ambas... todo tipo de sorpresas sonoras.

15 enero 2012

SLIM CESSNA'S AUTO CLUB + JOHN DOE (11-1-12) Caracol - Madrid

No ha pasado un año aun, y ya está de vuelta por la capital esta patibularia banda de Denver. Entre medias, aparición en el Turborock y un entusiasta reguero de comentarios entre los aficionados, hablando de las excelencias y virtudes de su espectáculo en directo. "Unetitled" su último disco del 2012, los sitúa en el mapa, aunque su trayectoria por la América profunda es duradera, ocho discos ya editados desde 1995.

No defraudaron, teatralizando cada una de sus canciones con los protagonistas de las historias que en ellas se cuentan. Slim Cessna y Jay Munly, dos auténticos elementos, se meten de lleno en los papeles de los personajes que habitan en sus canciones y se gustan  en sus interpretaciones, se lo creen y lo hacen creíble, mezclando ironía y seriedad según los momentos. Desde el escenario convertido en púlpito, estos sospechosos predicadores de luto riguroso, escupieron plegarias religiosas sobre Jesucristo, cataclismos, alcohol, violencia, mujeres y relaciones de dudosa legalidad... arrepentimiento... culpabilidad… no había órgano celestial  en la escena, sino infierno de banjos, contrabajos, slides guitar... armamento letal con el que dispararon blues acelerado, country trepidante y gospel abrasivo.

Cessna y Munly no cesaron de bajar del púlpito-escenario para mezclar la apocalíptica homilía con los atónitos feligreses, a los que consiguieron arrodillar a sus pies. Lo de Munly fue de miedo, se quedaba con los ojos fijos y sin pestañear con la cara pegada a distancia mínima de la cara de cualquiera, ¡¡¡ auténtico pavor !!! Lástima que los feligreses no estuvieran de domingo... la actuación entre semana deslució algo el espectáculo ya que los fieles mostraron un lógico freno al desfase y descontrol salvaje (en el Turborock fue de auténtico peligro), pero por los de Colorado no quedó.

Mientras ambos pájaros se enredaban entre el gentío, la banda seguía martilleando con oscuras melodías y ritmos repetitivos y machacones. El Reverendo Dwight Pentacost con su guitarra de doble mástil, eclipsaba con su nervio sónico y con la proyección del rostro de Jesús y la Virgen en un holograma en su guitarra que pasaba de uno a otro en segundos.

Salmos como "The children of the Lord", "The unballed ballad of the new folksingers" o "Jesus in my body - my body has let me down" bastan para saber lo que te espera si llegan a tu ciudad. Imprescindibles... aunque guárdate bien de ellos. 

Abrió la noche John Doe, el antiguo componente junto a Exene Cervenka de la banda X, (punk rock californiano en los años 80'), reconvertido al country en su carrera en solitario, ofreció una actuación breve, apenas 45 minutos en los que presentó su último disco "Keeper". Aun así se vieron entusiastas seguidores (abandonaron las primeras filas al final de su actuación) que junto a los neófitos disfrutaron de las canciones del originario de Illinois. Entre el rock de raíz country de toques intimistas  de "Sweetheart", con el slide guitar y las melodías de voz como protagonistas y el rithm and blues vitalistas de tintes pop de "Never enought"  (ambos del último disco) se pasó volando el tiempo. Puntual repaso a su extensa discografía, "The golden gate" fue aclamada y bailada, y un bonito intercambio de voces ente Doe y Cindy Wasserman a lo largo del concierto dejaron al respetable con ganas de más.